Enigmas y errores frecuentes en el contenedor amarillo

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La diferenciación de contenedores y el tipo de residuos que albergan en su interior se ha convertido en una asignatura obligatoria para muchas familias y hogares que almacenan y clasifican su basura al año. No obstante, en ocasiones, esa formación que nos autoimponemos (o proporcionan algunas administraciones) no es suficiente.

Cabría pensar que un gran porcentaje de la población conoce la función del contenedor amarillo, destinado a determinados envases conocidos como “ligeros”. Sin embargo, esa terminología deja lugar a la interpretación y ofrece algunas para el ciudadano.

Por este motivo, hemos querido resumir las dudas más frecuentes de los usuarios y englobarlas en un grupo de residuos que deben ser alojados en estos depósitos específicos.

Sería el caso de las latas de bebidas (refrescos, cerveza, etc.), cuyo reciclaje está alcanzando importantes niveles de éxito, hasta el punto de que Europa es capaz de otorgar una segunda vida a siete de cada diez recipientes de este tipo. Idéntico caso es el de las latas de conservas, otro habitual en nuestras despensas.

Otro de los desechos que suele generar confusión, y debe ir a parar al citado contenedor amarillo, es el de las bandejas de aluminio y de corcho blanco que encontramos en los supermercados, portando fruta, verdura, carne o pescado. También debemos incluir el envoltorio transparente que acompaña a este tipo de elementos.

Un importante grupo de residuos que forman parte de esta particular familia es el de los envases de productos lácteos tales como yogures, flan y otros postres, al igual que las botellas que se suelen emplear para agua, refrescos o zumo, entre otros líquidos.

La última categoría que vamos a citar es la de los envases de plástico que se utilizan para productos de aseo, como es el caso de artículos como champú, acondicionador, gel o similares. Esta directriz se extiende a productos de limpieza (friegasuelos, lejía, suavizan, detergente, etc.).

Los errores más comunes que se suelen cometer con estos contenedores, y que deben desterrarse cuanto antes, tienen que ver con elementos como aerosoles, electrodomésticos, guantes de goma, pilas, cepillos de dientes, juguetes, materia orgánica u objetos de metal que no son latas.