Durante muchos años, el propósito de la Fundación Canaria Medioambiental La Tirajala fue impulsar la Responsabilidad Social Medioambiental (RSM). Por esto, los socios y socias de la Fundación hemos puesto a disposición de la sociedad canaria ideas, conocimientos y recursos para fomentar el desarrollo de la RSM con el fin de que instituciones, empresas y la ciudadanía en general se sumara al que fue nuestro objetivo fundacional y, en definitiva, todos fueramos parte de un proyecto común, lo que nos convirtió en un proyecto innovador por sus características integradoras y comprometidas con los cambios y con el medioambiente.
A través de nuestras actividades hemos tratado de ahondar, con valores y principios, en las actitudes de Responsabilidad Social Medioambiental de la gente, algo para lo que nos ayudó mucho activar jornadas, encuentros ciudadanos, proyectos europeos, boletines informativos y de concienciación, talleres infantiles y juveniles, charlas de concienciación y sensibilización y la web, entre otros.
Destacamos como uno de los encuentros más determinantes e inspiradores fue el proyecto Sociedad Activa, el impulso para el reciclaje que desarrollamos junto con Ecoembes, y donde resaltamos que es necesario un cambio en la mente y en el corazón, un nuevo sentido de interdependencia y de responsabilidad en el impulso de la Responsabilidad Social Medioambiental.
Asimismo, a lo largo de nuestra larga trayectoria han sido fundamentales los valores que han aflorado en el quehacer diario, entre los que destacamos la propia Responsabilidad Social Medioambiental y los sentimientos.
El primero, la Responsabilidad Social Medioambiental, da respuesta a cómo mejorar los cambios, que se corresponden con el debilitamiento del fuerte vínculo que existe entre actividad económica y cuidado del medioambiente en la vida cotidiana, tanto dentro como fuera del entorno laboral, que se corresponde con actitudes de Responsabilidad Social Medioambiental, con el uso racional de los recursos, etc. Una actividad que implica proyectar a la sociedad que hemos de asentar con nuestros hábitos, un tipo de economía respetuosa con los límites de cada ecosistema y de la propia Tierra.
Por otro lado, los sentimientos visualizan la concordancia que supone incorporar la afectividad, sensibilidad, que viene asentada por los recuerdos y los deseos. Hay que reconocer e interiorizar que los seres humanos somos parte de la naturaleza y miembros de la comunidad y que tenemos la responsabilidad de protegerla, regenerarla y cuidarla, además de sentirla.
Nuestra experiencia es que la Responsabilidad Social Medioambiental y los sentimientos juntos nos mostraron el camino a seguir y nos ayudaron a cumplir el propósito de la Fundación.