SIGRE y el reciclaje de medicamentos

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En anteriores ocasiones hemos hecho referencia al reciclaje de medicamentos y algunos puntos habilitados en el panorama nacional para su recogida y almacenaje. Pero en este caso vamos a ahondar en la labor de una entidad sin ánimo de lucro dedicada a garantizar la correcta gestión medioambiental de este tipo de residuos de origen doméstico. Se trata de una referencia en el sector como es SIGRE.

Su origen se remonta a 2001, cuando laboratorios farmacéuticos promueven su puesta en marcha, en colaboración con las oficinas de farmacia y las empresas de distribución. Desde sus inicios, se fijó el objetivo  de reducir los perjuicios que los envases y restos de medicamentos puedan ocasionar, a través de una correcta prevención y tratamiento de los residuos generados. 

Otra de las premisas fundamentales de SIGRE ha sido siempre concienciar a la población de los riesgos que supone la acumulación innecesaria de medicamentos caducados o no utilizados, y sus envases, y el uso inadecuado de los mismos. Por ello, recomienda que periódicamente se realice una revisión del botequín doméstico para detectar posibles incidencias de este tipo.

Con el fin de evitar esta situación, esta entidad ha habilitado puntos de recogida, o contenedores blancos, en 21.000 farmacias españolas, una red amplia que garantiza la cercanía y efectividad del proceso de recogida.

Una vez finalizada esta etapa, las empresas de distribución farmacéutica retiran los residuos depositados por los ciudadanos y los trasladan hasta sus almacenes, donde son custodiados hasta que gestores autorizados lo transportan a la planta de tratamiento pertinente. En ella, se realiza un proceso de clasificación que identifique los materiales que pueden ser reciclados, mientras que los restos de medicamentos y envases no reciclables se envían a gestores autorizados.

SIGRE también ofrece una serie de recomendaciones, basándose en el tipo de desecho que NO se deben arrojar en estos recipientes. En ningún caso se deberá acudir a estos puntos de recogida para depositar agujas, termómetros, gasas, productos químicos, radiografías o pilas, errores habituales que detectan las propias farmacias.

Al ser una entidad sin ánimo de lucro, su financiación proviene exclusivamente de las aportaciones que realizan los laboratorios farmacéuticos por cada producto que comercializan para su consumo en los domicilios particulares, por lo que no supone ningún coste para el ciudadano, a pesar de trabajar por y para ellos.

Más de 305 laboratorios se han adherido a la red de trabajo de SIGRE, junto a los 142 almacenes de distribución que colaboran con esta causa cada año. Además, en el año 2009, pasó a formar parte del Pacto Mundial de las Naciones Unidas (Global Compact), que fue promovido por el anterior secretario general de la ONU, Kofi Annan, y que se ha convertido en la iniciativa de ciudadanía corporativa más grande del mundo.