Prácticas de la RSE

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Dentro de la empresa, las prácticas socialmente responsables afectan en primer lugar a las inversiones en capital humano, salud, seguridad y gestión, que incluye, prácticas respetuosas con el medio ambiente, las relacionadas con los recursos empleados en la Ecoeficiencia, en toda su extensión. Fuera de su estructura interna, las empresas colaboran con las comunidades locales donde operan, básicamente, proporcionando recursos, proyectos, otros. La responsabilidad social de las empresas –RSE- es, esencialmente, un concepto con arreglo al cual deciden voluntariamente contribuir al logro de una sociedad mejor y a un medio ambiente más limpito.

Ahora bien, quisiera destacar que, aunque la RSE abre una vía para conciliar el desarrollo social, lo que se pretende, conlleva un aumento de la competitividad de las empresas. La incidencia económica de la RSE puede desglosarse en:

- Resultados positivos directos. Por ejemplo, un mejor entorno de trabajo, que genera un mayor compromiso de los trabajadores, en consecuencia, incrementa su productividad y una utilización más eficaz de los recursos.

En general, la disminución del consumo de recursos o de los desechos y emisiones contaminantes no sólo reduce el impacto sobre el medio ambiente sino también resulta ventajosa para la empresa al reducir sus gastos energéticos, de eliminación de residuos, disminución de gastos de descontaminación, y otros. Un menor consumo redunda en un aumento de la rentabilidad y competitividad.

- Efectos indirectos se logran, por ejemplo, a través del aumento de la consideración que prestan los consumidores potenciales a la empresa, en consecuencia, amplía sus posibilidades en el mercado. En sentido contrario, la crítica de las prácticas desarrolladas influye negativamente en la opinión que se tiene de ella, y reduce sus posibilidades en el mercado.

Por ello, la responsabilidad social no sólo se extiende a trabajadores y accionistas, sino a un amplio abanico de interlocutores: socios comerciales y proveedores, consumidores, autoridades públicas y ONG defensoras de los intereses de las Comunidades locales y del Medio Ambiente. Lo que se traduce que la responsabilidad social de las empresas se extiende a una amplia variedad de partes interesadas, por tanto, no sólo hay que prestarle atención al ámbito interno de la Empresa sino al ámbito externo.

Las empresas no sólo dependen de su buena salud y estabilidad y prosperidad de las Comunidades donde operan, y en Canarias más, sino de los activos fundamentales de la empresa, como son sus marcas e imagen. Por ello: cada vez son más las empresas que se suman a impulsar la RSE y reconocen el vínculo existente entre sus resultados y el aumento de calidad de sus empleos con ser Empresa Socialmente Responsable.