La sostenibilidad aplicada al hogar

Muchas veces el camino más directo para la concienciación ambiental del individuo es su aplicación en el ámbito más cercano. Por ello, la acotación de términos tan básicos como la sostenibilidad y las energías renovables se han ido instaurando progresivamente en nuestro país de residencia, nuestra comunidad autónoma y hasta nuestro lugar de trabajo. Pues bien, desde hace unos años se ha conseguido profundizar en la idea de crear hogares o viviendas más sostenibles. Un modelo que algunos vieron con recelo en su surgimiento pero que poco a poco se ha implantado en nuestra sociedad como algo casi rutinario.

Se trata de un proceso en constante evolución en el que se van incluyendo pautas a seguir por el individuo que calen en el núcleo familiar, si ese fuese el caso. Una estrategia que parecía alejada del ciudadano pero que hoy en día una realidad palpable en muchas poblaciones del archipiélago.

Si nos centramos en los diferentes ámbitos que afectan al hogar debemos comenzar por el consumo de energía y agua. Existen determinados hábitos pocos saludables para nuestro ambiente que no sólo beneficiarían al ecosistema sino a nuestro propio bolsillo. Apagar las luces una vez abandonemos una estancia o no mantener determinados aparatos electrónicos en funcionamiento mientras dormimos son sólo algunas recomendaciones encaminadas en este sentido.

En el caso de los recursos hídricos, determinadas costumbres ancladas en la sociedad lastran aún el cambio, a pesar de la mejora significativa de la última década. La simple colocación de economizadores de agua, la revisión del estado de la grifería o la instalación de electrodomésticos ecológicos, algo poco frecuente aún en nuestros hogares, son iniciativas orientadas hacia un futuro mucho más sostenible.

Otro de los conceptos básicos es la gestión de residuos. Largo y tendido se ha hablado de este asunto en la comunidad canaria, ante la petición de muchos ciudadanos que demandan más contenedores específicos en las zonas próximas a su domicilio. Hay mucho camino por recorrer en este sentido y las Administraciones ya trabajan en ello. La noticia positiva que se extrae de esta petición es que la separación de residuos es una estampa cada vez más común en muchos hogares isleños.

Quizás otra tarea pendiente que empresarios y políticos deben acometer es facilitar la labor del reciclaje a través de la venta de recipientes que faciliten esta labor del individuo en su propia casa. Muy pocas iniciativas han salido al respecto y se convierte en una necesidad imperiosa de cara al futuro.

Por último, muchos colectivos comprometidos con esta causa han puesto el punto de mira en determinados productos habituales del hogar, que contienen sustancias químicas contaminantes y potencialmente peligrosas. La competencia comercial impide erradicar su comercialización, pero lo que si se está logrando es hacer llegar la buena práctica de la compra sostenible.