Análisis del Ciclo de Vida

La situación global de la Tierra está haciendo profundizar cada vez más a nuestra conciencia ecológica. Ahora se impone analizar el rastro de carbono, de toxinas, de elementos contaminantes, etc. De esta preocupación está naciendo una verdadera ciencia nueva, conocida con la sigla ACV: Análisis del Ciclo de Vida. Se estudian los impactos sobre la biosfera, sobre la sociedad y sobre la salud en cada etapa de un producto, su procedencia, elaboración, comercialización, su consumo y eliminación.

Veamos un ejemplo: en la fabricación de un vaso de cristal de un kilo entran, por sorprendente que nos parezca, más de 500 ingredientes diferentes en las distintas etapas hasta llegar al producto final, y de éstas, ¿cuáles son perjudiciales?. El Análisis del Ciclo de Vida busca identificarlos. La mayoría al final son verdes o limpios en su utilización. Siendo objetivos, debemos admitir que toda la producción industrial deja siempre un rastro tóxico, no eco-amigable, por mínimo que sea. Nada es totalmente verde o limpio.

Lo ideal sería que en cada producto estuviesen indicados los impactos negativos sobre la salud, la sociedad y el ambiente. Esto, que yo sepa, sólo lo está haciendo en Estados Unidos una institución, Good Guide, que establece una triple calificación: verde, para productos relativamente puros, amarillo, si contienen elementos perjudiciales pero no gravemente y rojo, desaconsejables por su huella ecológica negativa. En los tiempos que corren, poco a poco, se están invirtiendo bastante los papeles, lo normal es que ya no es el vendedor sino el comprador quien establece los criterios para la compra o para el consumo de determinado producto.

El modo de producción está cambiando y lo que parece es que no hemos tenido suficiente tiempo para interiorizarlo del todo, no acabamos de percibir tantos enfoques ecológicos y algunos tan sutiles, ni somos capaces de detectar tanta contaminación diseminada. Con el recurso del Análisis del Ciclo de Vida, un proyecto no suficientemente tratado, se constatan un montón de sustancias químicas sintéticas que generan problemas en mucha gente. ¿Cómo se han podido introducir no sé cuántos compuestos químicos artificiales?

No podemos seguir diciendo: los cambios ecológicos sólo serán buenos si no afectan a los costes y a los rendimientos. Esta mentalidad está atrasada y alienada. El propósito último de las empresas tiene que ser: "Cuanto más sostenible, mejor; cuanto más sano, mejor; cuanto más eco-amigable, mejor". ¡Recuerden!

Sostenibilidad en la competitividad, criterio vital