Propuesta de Educación en valores

A modo de introducción, quisiéramos señalar que entendemos que los valores colman la aptitud pedagógica porque pueden ser elegidos y realizados, y pueden convertirse en la norma que da excelencia a nuestras conductas. Estamos tratando no sólo de derechos sino de voluntades, de compromiso ético, que también reclama la cooperación positiva de todos, de lo que contribuye al desarrollo del hombre en un contexto cada vez más diverso, que obliga a conjugar lo universal, lo próximo-ambiental y lo personal en cada respuesta.

Nuestra propuesta en Educación en Valores se corresponde con:

a) El valor del sentimiento de pertenencia a nuestra identidad canaria.
b) La cuestión de respeto porque dañamos la naturaleza, es decir, hacemos daño; a otros seres humanos, tanto a los de hoy como a los del futuro, y a otros seres vivos.
c) El pluralismo y cohesión social; nos referimos a claves culturales, políticas y éticas, globalización, inmigración y multiculturalidad, la interculturalidad, etc.

La Educación en valores, en gran medida, se plantea cuando la acción de una persona trae consecuencias claramente perjudiciales para ella misma o para sus próximos o para su comunidad.

Por ello, podemos afirmar que el objetivo fundamental de la educación en valores, como tarea, es el desarrollo de destrezas, actitudes y conocimientos que capaciten a las personas para intervenir y actuar en sus gestiones corrientes. Dado que cada vez más se asienta que las mejoras ambientales no sólo se pueden dar desde plataformas organizadas y fuertes, sino que son las personas individuales las que pueden realizar pequeños cambios que pueden llegar a ser de gran importancia. Los pequeños cambios son eficaces puesto que pueden llegar a tener una gran influencia en nuestro medio ambiente; desarrollo sostenible, calidad ambiental, empleo verde, etc.

Hemos de reconocer que la educación en valores se adecua al modo humano de perfeccionarse, permite que se muestre como ayuda que beneficia al hombre en cada conducta práctica, pero para ello hemos de conocer y estimar que el valor es otra tarea, pero posible porque se pueden visualizar las condiciones específicas que hacen a una persona estimable para una labor concreta. Es decir, incorporando la educación en valores “en diferentes aspectos medioambientales”, en busca de una nueva forma de pensar acorde a los tiempos, es decir, familiarizando y asimilando nuevas formas de percepción del entorno, así, lograremos la formación en actitudes y conductas adecuadas y estaremos participando también de un movimiento a mayor escala, de respeto al medio ambiente y de ética de la responsabilidad.

Educar en valores requiere la implicación de los centros educativos, familia y sociedad en general. En un entorno que se mueve a velocidades, nos atrevemos a decir, vertiginosas, hay que esforzarse por conocer, saber y ser capaces de influir en el cuidado del medio ambiente, no hacer “daño”, es el futuro de todos.