UNA APUESTA PARA INCORPORAR LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN EL MEDIO AMBIENTE. Las ciudades, los núcleos urbanos, son escenarios que albergan centros económicos de producción y consumo, espacios en los que se conforma la cultura, las relaciones de convivencia. Diseñar, formular o reformular modelos urbanos significa, pues, organizar espacios para la actividad económica, la social y para acoger el conjunto de relaciones y redes que definen a las formaciones sociales.
La planificación de la trama urbana, su definición estratégica, va mucho más allá de las calificaciones de suelo que se realizan sobre el término municipal. El derecho a la ciudad, a vivir en la ciudad, debe garantizar por parte de los responsables públicos la orientación hacia la competitividad económica y la cohesión social, combinando el uso de sus requisitos urbanos, culturales, sociales y ecológicos a corto, medio y a largo plazo. Pero además de cubrir necesidades sociales básicas, como la vivienda, la práctica del deporte, la educación o la sanidad, los diseños estratégicos de las ciudades deben garantizar también, al conjunto de su ciudadanía, un marco de bienestar saludable, el acceso a la diversidad de oportunidades de empleo, a la formación, al ocio, a las relaciones culturales, y unos hábitos de vida respetuosos con el entorno y con los recursos imprescindibles. Una trama urbana integrada con el entorno, compacta, equilibrada, que reorganice los conceptos de movilidad urbana, con barrios articulados y bien equipados.
En las ciudades, como en las zonas rurales, quienes más utilizan los espacios y los servicios públicos son las mujeres... Ver Guía Metodológica en DE INTERÉS > Publicaciones > Manuales didácticos Otros