Reutilización y Reciclaje de ropa

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Cada vez se ven más contenedores de reciclaje de ropa en las diferentes ciudades del país, a la vez, como consecuencia de la crisis, se ha incrementado la compra de productos de segunda mano entre los que la ropa ocupa un puesto muy importante. Incluso es tendencia la confección o rediseño de prendas propias con las ya existentes. También hay iniciativas que están teniendo auge como los mercadillos de trueque para renovar el armario sin gastar. Se está produciendo un cambio de mentalidad, dejando de lado los prejuicios y creándose una mayor concienciación, de esta forma obtenemos un modelo de consumo más sostenible. Se trata en definitiva de una opción más sensible con el medio ambiente como con otros sectores de la sociedad.

El servicio de recogida de residuo textil aparte de la labor solidaria que comporta, da una respuesta eficaz e indispensable a los desafíos medioambientales. El reciclaje textil contribuye a la protección del medio ambiente al reducir en parte el volumen de residuos generados, dando una segunda vida a una ropa que de otro modo iría a parar al vertedero, bien mediante la reutilización o la transformación.

En los contenedores de ropa se pueden depositar prendas de vestir, ropa de hogar, calzado, bolsos, cinturones, complementos, y la ropa vieja y deteriorada, ya que estos residuos aunque no pueden reutilizarse sí se pueden reciclar. Pero no pueden depositarse textiles o trapos impregnados de aceites o grasas. También se recomienda que la ropa sea introducida en bolsas cerradas.

Y para finalizar unas interesantes cifras para entender la magnitud de los consumos que se producen con la producción de ropa. La producción de un kilogramo de algodón supone: el consumo de 6.000 litros de agua, la emisión de 3,6 kg de CO2 y el empleo de 0,6 kg de fertilizantes y 0,3 kg de pesticidas.

Con la reutilización de la ropa y el calzado se consigue disminuir el consumo de recursos naturales como el agua o combustibles fósiles, así como de fertilizantes y pesticidas que se emplean en la fabricación de productos textiles. También reutilizando o reciclando el textil se reducen las emisiones de CO2. La ropa pasa de unas personas a otras y no pasa por ningún tratamiento específico de reciclado, sino pasa de unas manos a otras.