En las últimas fechas nos hemos acostumbrado a que proliferen los datos positivos sobre el reciclaje en los hogares españoles. Cifras como las 371.218 toneladas de plásticos que se llegaron a separar en nuestro territorio en 2013 y que nos han situado como los segundos en este apartado específico, a nivel de la Unión Europea.
No obstante, existe una preocupación y una tara que reduce su eficacia e inquieta al ciudadano a la hora de acumular residuos en sus viviendas y es el espacio que ocupa. Si atendemos a los porcentajes de personas que aún no reciclan, y sus motivos para ser reacios a esta práctica necesaria, destaca en primer lugar la falta de un lugar físico para acumular tantos productos.
Diferentes organizaciones recomiendan disponer al menos de cuatro cubos o recipientes diferentes: vidrio, papel y cartón, envases ligeros (latas, plástico y bricks) y el resto. No obstante, se insta al ciudadano que también preste una atención especial a las materias orgánicas, las peligrosas, pilas, baterías, aerosoles, aparatos eléctricos y electrónicos, aceite usado, ropa y demás residuos sin clasificar que precisan de un lugar determinado en el hogar. Una serie de consejos que, en algunos casos, no son tan bien acogidos por la imposibilidad de albergar tantos recipientes.
Algunas marcas y empresas han optado por ofrecer a la ciudadanía ciertas alternativas como recipientes metálicos o de plástico divididos y habilitados para esta clasificación, entre otras alternativas. Organizaciones ecológicas ofrecen una serie de consejos para reducir la cantidad de residuos generados como la reutilización de papel y cartón o la priorización de recipientes de vidrio a otros envases de plástico.
No obstante, estas recomendaciones no palían un problema que otros sectores de la población aún atraviesan y es la distancia desde sus hogares hasta los contenedores específicos. Aún existen lugares de Canarias en donde es necesario recorrer cierta distancia para depositar la basura acumulada según su tipología.
En este sentido, a pesar de haber cubierto bastante camino en los últimos años, las administraciones son las que tienen que dar el paso y facilitar el reciclaje para estos ciudadanos que abogan por unificar toda su basura y acudir al tradicional contenedor verde oscuro, el cual si es un elemento común y reconocible en prácticamente todo el archipiélago.